viernes, 17 de septiembre de 2010

colección de momentos

Colección de momentos

Amanecer.
Despertar, ver el sol o sentir la lluvia,
Recibir el saludo de aqueyas personas que son importantes para ti,
Descubrir nuevas facetas de tu personalidad,
Regalar una sonrrisa a la intemperie,
Y brillar, con el ánimo que caracteriza la llegada de un nuevo día.
Atardecer.
Caminar, respirar el aire fresco que te ofrece la naturaleza,
Compartir amistad, regalar un poco de amor a quien esté necesitado,
Reflexionar e investigar, descubrir y aprender alguna lección que nos de pie para decir que valió la pena vivir un día más,
Desprenderse de un beso, brindar el consuelo de un abrazo, expresar a quien lo merezca sus buenas cualidades,
Y saltar, con la mente o de verdad, como signo evidente de que disfrutas la vida.
Anochecer.
Saludar a la luna, conocer las estrellas, detenerte un minuto para darte tu valor,
Concederte el privilegio de la confianza plena en ti,
Escribir, cantar, tomar tiempo para hacer lo que solo a ti te gusta,
Volar, atreberte a soñar despierto y sonreír en honor a alguien especial,
Recordar, agotarte de la risa evocando momentos felices,
Y lanzarte al marabilloso y perfecto mundo de los sueños, teniendo como último pensamiento, que hoy finalizó un día, pero mañana iniciará otro, que viene cargado de nuevas oportunidades.

Y así transcurren los días, y descubres que la vida es buena o mala, negra o rosada, clara u obscura, y todo va a depender del cristal con que la mires,
Lo comprendes, pero aún así intentas definirla, y la ves como competencia, la escuchas tan musical, la sientes tan inperfecta, pero todas estas definiciones no llenan tus expectativas, no explican lo que quieres expresar.
Y partiendo de mi propio criterio, que conste, sin intentar persuadir a los demás de que mi opinión es la correcta, la vida, exclusivamente para mi, es simple y sencillamente una antología, una agradable y desordenada, pero a la vez gratificante, colección de momentos.

el humor y la risa

Todas las palabras y todos los gestos del hombre tienen un sentido doble: el que aparentan, que es una evidencia, y el figurado, que es la significación tomada como valor entendido y cuya comprensión da la medida de nuestra inteligencia.
Ahora bien: comprender el sentido figurado no supone comprender el sentido aparente. Este sentido aparente es una transparencia. A través de él, sin apenas advertirlo, se llega al sentido figurado. Si la transparencia se hiciera opaca, todas las palabras y los gestos del hombre aparecerían con una significación distinta. Esta significación que sólo aprecian los que saben ver como una forma sólida y concreta la mera apariencia de las palabras, los gestos y las cosas, es el humorismo.
Que se podría definir, convirtiendo la definición en fórmula pura, así:
}La apariencia sin transparencia}.
Pero téngase en cuenta que la apariencia es transparente y, aunque todos la ven, sólo la aprecian en su verdadero valor los que saben quedarse en ella, sin llegar jamás al sentido figurado, único que expresa y define la intención humana.
El hombre habla siempre por sentidos figurados. Todo lo humano es una cosa y parece otra.
Humorismo es la interpretación de la mera apariencia humana. La definición del hombre con independencia de su intención.
El humorismo nos revela un universo nuevo, cuyos valores, no son jamás valores entendidos.
Entenderlos y explicarlos es la tarea difícil de los verdaderos humoristas.

La risa

Nada tiene que ver la risa con el humor. Mucho se ha escrito acerca de las causas y la función de la risa.
Sorprende que el hombre, ante determinados fenómenos, ría, y ante otros, llore. ?Por qué? Si piensa el lector que voy a contestar en cuatro líneas está muy equivocado. Ni en cuatro, ni en cuatrocientas mil. La contestación no existe. Los hombres no la hemos descubierto todavía. Y ponerla yo, aquí, sería de una presunción intolerable.
Muchos libros se han escrito acerca del llamado "mecanismo de la risa".
En todos se dicen cosas parecidas, y en cada nuevo libro que se escribe, alguna cosita nueva. Muy por encima, en los últimos tiempos, el proceso ha sido éste:
Freud, un león en el trabajo de publicista desde que sus libros empezaron a venderse en todo el mundo, resume viejas doctrinas, divaga con ellas y no establece una fórmula nueva definitiva. Es un hombre astuto y prefiere no comprometerse. Bergson atribuye la risa a la influencia de una mecanización de lo humano; Pagnol, a la influencia de un sentimiento de superioridad; Stern, a la influencia de una degradación de valores. Así llegamos a una conclusión clara: que sólo nos reímos bajo alguna influencia.
Estupendo todo. Pero lo único importante es que la risa exista. Y que existan fenómenos humanos que la provoquen. ?Cuáles son? Al parecer, en los países más civilizados, la escala musical de la risa tiene diez notas.
Y conste que no pretendo explicar con ellas la verdadera causa de la risa.
Son una simple enumeración de los conceptos que, más frecuentemente, nos hacen reír.

(fragmento extraído de el libro enciclopedia del humor y la risa, de Noel Clarasó)

castigo

Es cuando golfos y bahías de sangre,
coagulados de astros difuntos y vengativos,
inundan los sueños.
Cuando golfos y bahías de sangre
atropellan la navegación de los lechos
y a la diestra del mundo muere olvidado un ángel.
Cuando saben a azufre los vientos
y las bocas nocturnas a hueso, vidrio y alambre.
Oídme.
Yo no sabía que las puertas cambiaban de sitio,
que las almas podían ruborizarse de sus cuerpos,
ni que al final de un túnel la luz traía la muerte.
Oídme aún.

Quieren huir los que duermen.
Pero esas tumbas del mar no son fijas,
esas tumbas que se abren por abandono y cansancio del cielo no son estables,
y las albas tropiezan con rostros desfigurados.
Oíd aún. Más todavía.

Hay noches en que las horas se hacen de piedra en los espacios,
en las venas no andan
y los silencios yerguen siglos y dioses futuros.
Un relámpago baraja las lenguas y trastorna las palabras.
Pensad en las esferas derruidas,
en las órbitas secas de los hombres deshabitados,
en los milenios mudos.
Más, más todavía. Oídme.

Se ve que los cuerpos no están en donde estaban,
que la luna se enfría de ser mirada
y que el llanto de un niño deforma las constelaciones.
Cielos enmohecidos nos oxidan las frentes desiertas,
donde cada minuto sepulta su cadáver sin nombre.
Oídme, oídme por último.

Porque siempre hay un último posterior a la caída de los páramos,
al advenimiento del frío en los sueños que se descuidan,
a los derrumbos de la muerte sobre el esqueleto de la nada.

sobre los ángeles, rafael alberty

hoy he nacido

Cada día que pase, has de decirte
¡Hoy he nacido!
El mundo es nuevo para mí, la luz
ésta que miro
hiere sin duda por la vez primera
mis ojos límpidos;
¡la lluvia que hoy desfleca sus cristales en mi bautismo!

"Vamos pues a vivir un vivir puro
un vivir nítido
Ayer ya se perdió: ¿fui malo?, ¿bueno?
... Venga el olvido,
y quede sólo de ese ayer la esencia,
del oro íntimo
de lo que amé y sufrí mientras marchaba
por el camino..."

"Hoy, cada instante, al bien y a la alegría
será propicio,
y la esencial razón de mi existencia,
mi decidido
afán, volcar la dicha sobre el mundo
verter el vino de la bondad sobre las bocas ávida
en redor mío..."

Será mi sola paz la de los otros;
su regocijo
mi regocijo, su soñar mi ensueño;
mi cristalino
llanto el que tiemble en los ajenos párpados,
y mis latidos
los latidos de cuantos corazones
palpiten en los orbes infinitos!
Cada día que pase, has de decirte.
Hoy he nacido.

amado nervo